lunes, 17 de noviembre de 2008
un poco más allá, tus besos
De un instante a otro la oscuridad cerró mis ojos contra mi voluntad.
Permití que mis oídos sean todo lo que me guiara en ese instante.
Poco a poco esa oscuridad comenzó a gustarme, enigmática como pocas,
joven como muchas, suave como ninguna.
Sin saber hacia donde me llevaba y qué ocurriría luego,
me acosté en un montón de palabras dulces,
me acurruqué entre ellas y las sentí.
Por momentos pausaban, pero volvían. Al volver me viste sonreír,
me viste darte toda esa calma que nunca había sabido ver.
Busqué tus ojos y vi, vi cómo te llegaba cada fragmento de lo que
te estaba dando. Me viste sonreír otra vez.
Cerraste los ojos. Mis caricias siguieron su camino, cerré los míos
y juntos dejamos que aquella paz inunde la noche.
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3 comentarios:
Las bellas palabras son eclipsadas por un pensamiento. ¿Ese es el petiso orejudo de leo?
Ayyy sugus! gracias por escribir!
no es el petiso orejudo pero si es Leo (el novio de mi hermana) y ella.
Mucho amorrrr!!!
Y si! un pensamiento vale más que millones de palabras...no hay duda...
como disse mi maestro de Kabalah em Buenos Aires: "Lo más hermoso de los círculos sagrados de meditación es el fato de descobrir adentro de si toda la luz que la tenes alli escondida...
hermoso su texto.
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