lunes, 17 de noviembre de 2008

un poco más allá, tus besos


De un instante a otro la oscuridad cerró mis ojos contra mi voluntad.
Permití que mis oídos sean todo lo que me guiara en ese instante.
Poco a poco esa oscuridad comenzó a gustarme, enigmática como pocas,
joven como muchas, suave como ninguna.
Sin saber hacia donde me llevaba y qué ocurriría luego,
me acosté en un montón de palabras dulces,
me acurruqué entre ellas y las sentí.
Por momentos pausaban, pero volvían. Al volver me viste sonreír,
me viste darte toda esa calma que nunca había sabido ver.
Busqué tus ojos y vi, vi cómo te llegaba cada fragmento de lo que
te estaba dando. Me viste sonreír otra vez.
Cerraste los ojos. Mis caricias siguieron su camino, cerré los míos
y juntos dejamos que aquella paz inunde la noche.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Era como si…



Era una frágil burbuja de jabón. Flotaba con calma volando un poquito más arriba de aquellos que se cruzaba. El aire la hamacaba por diversos lugares que quizás nunca había conocido. Cada tanto, se detenía en algún sitio en el cual se amoldaba cómoda. Comenzaba a pestañear sonrisas que disfrutaba con tanto placer que no podía distinguir si nacían de ella o provenían de lo que ella creía que estaba pasando afuera.
A veces, entre sonrisas, se deslizaban algunas lágrimas que no dolían tanto cuando veía que las comisuras de su boca de fantasía comenzaban a moverse nuevamente hacia arriba. No estaba flotando pero era como si el aire la volviera a levantar poco a poco.
Cuando por fin se sentía completa y liviana, la interrumpía una profunda obsesión. Le daba empujoncitos, uno tras otro hasta que la corría de lugar mostrándole que nada era como ella creía.
Con un gran vacío, bajaba sus pequeñas pestañas que se dejaban llevar por la triste corriente. Se soltaba nuevamente, volvía a hamacarse con el viento y tras largas distancias lograba dejar atrás parte del olvido.
Incontables sitios ha pasado, de los cuales un empujoncito u otro la han llevado a pensar que quizás su destino sea visitar caricias vacías y besos efímeros para siempre.

miércoles, 23 de julio de 2008

allá vas.



Dijo apenas algunas palabras y me miró. Pronuncié otras, mentí y lo miré.
Agaché la mirada y me callé, dejé que su voz me acaricie los oídos

intentando no interpretar lo que decían sus labios. Me miró, lo miré.
Ninguno pronunció palabra y una brisa enmudeció el momento.

Pausa.

Busqué el rincón más oscuro. Dejé caer gotas de llanto
que inundaron la noche de tristeza. Borré rastros y volví a aparecer.
Me senté junto a él y lo miré. Se perdió en mis ojos
y me perdí en los suyos entendiendo que él sabía.
Le pedí perdón por mi impotencia de sonreír frente a su alegría.
Me entendió y me volvió a mirar.

Lo abracé. Me abrazó. Pausa. Me abrazó y lo abracé. Pausa.

Me alejé, y caminé sin mirar atrás.
Permití que una lágrima se adueñara de mi dolor y
dejé que dos miradas se distancien para siempre…

domingo, 6 de julio de 2008

aire


Fue una pausa casi infinita y placentera.
Tomé un suspiro y esperé. Esperé a que todo permanezca igual, que nada se mueva, que cada detalle se mantenga.
Respiré profundamente queriendo tomar más aire del que me pertenecía en ese instante. Esperé y empecé a dejar que mi cuerpo descanse.
Me quedé ahí, en ese enlace entre mis sentimientos y yo.
Seguí cada rincón por donde estaba pasando el aire. Pude sentirlo. Quise soltarme, flotar, dejar que el viento me sostenga por un momento, descansar, flotar y dejarme ir.
Quise que seamos solo vos y yo. Quise tantas cosas en tan solo un instante que no alcanzaron los segundos para convencerte.

Ahí, fue cuando comenzaste a andar rápido nuevamente, a escaparte sin motivo. Empecé a perderte una vez más. Y volvimos a ser parte de lo que fuimos siempre.
Hoy, te dejo ir, pero mañana quizás, vuelva a comenzar la búsqueda de las huellas de ese instante en donde alguna vez fuimos solo vos y yo.

martes, 10 de junio de 2008

recuerdos a la deriva


Allí siempre era verano. Era un pueblo tan chiquito que sólo se le concedía la estadía a tres pequeñas personas.
Cada mañana se despertaban entre cálidas sábanas pudiendo oler el aroma a césped recién cortado. Entreabrían los ojos y veían la luz que intentaba entrar entre los huecos de la persiana de madera. Todavía se podía percibir la fragancia del espiral de la noche anterior. Decidían levantarse al oír la naturaleza que cantaba bajo el sol de cada día. Todavía con los ojos entrecerrados se dirigían a la sala, se tapaban la cara con las manos y de a poco acostumbraban la mirada a la luz que entraba por el ventanal e iluminaba cada rincón de recuerdos.
Eran mañanas hermosas, asomaban su nariz por la ventana, cerraban los ojos y olían el aire lleno de jazmín mezclado con ramitas de pino, un poco de sombras de tilo, pequeños frutos de níspero, pedacitos de palmera, ralladura de limonero y varios escondites verdes sabor infancia.

Allí vivían estas tres pequeñas personas, entre juegos y aventuras llenas de mares con sirenas, olas que llevaban enormes barcos, tesoros en el fondo del océano, delicias de recetas con hojas naturales, pétalos de flores y frutos rojos. Viajaban en un solo paso desde un puñado de sábanas hasta un castillo de princesas, desde las alturas de los árboles a una selva salvaje llena de animales exóticos.
En aquellos tiempos donde todo era posible y donde las tardes eran interminables, recorrían cada rincón llenándolos de carcajadas, travesuras, complicidades y mucha imaginación.
Al bajar el sol, los faroles de cada hogar se iban prendiendo y el aroma de cada noche de verano llenaba sus pulmones de nuevas aventuras por planear.

Así, las tres pequeñas personas fueron recolectando eternos recuerdos en un viejo baúl invisible.
El mismo que ahora llevo y llevaré siempre junto a mi memoria.

lunes, 2 de junio de 2008

dos vueltas de ausencia


Las sonrisas ya no rebotaron como solían hacerlo, tampoco las burbujas de papel celofán acariciaron las horas del día. El aire perdió algunos tonos de colores que antes se veían claramente. Las luces casi ni respiraban y tenían frío.
La locura se había dormido. Cada momento era eterno, la angustia alcanzaba lugares inciertos dando golpecitos por cada silencio que se escuchaba.
Algún intento de engañar la tristeza estaba flotando por ahí, pero sin resultados, las lágrimas brotaban del alma queriendo barrer cada empujoncito que el dolor le daba al corazón.

Cerré los ojos y me arrinconé en la soledad hasta volver a abrirlos.
Sin parpadear, se humedecieron entendiendo que esta vez no era más que otro nuevo camino por recorrer, debiendo colmar cada rinconcito gris con recuerdos coloreados de lindas muecas y demencias inolvidables.

Se agradece tanta dosis de locura diaria…y no se olvida jamás.
Si, si, a ustedes les hablo.
Ambos tienen un lugar en una fila de una linda montaña rusa que llevo en el corazón.

lunes, 26 de mayo de 2008

Giros del viento


Llegué a esa esquina, esa que tantas veces me hizo asomar una sonrisa al pasar por ella.

Esta vez fue diferente. Buscaba algo dentro de mi desordenado bolso mientras me disponía a estar perfecta para luego caminar esas tres veredas que me separaban de tan ansiado momento. La búsqueda de ese objeto perdido fue demorada por el destino y algo la interrumpió.
Levanté la vista. Me paré y saludé. Ese cruce no fue ninguna casualidad, esta vez el destino volvía a interponerse. Escuché, respondí, pregunté, y volví a escuchar. Mi sonrisa se apagó lentamente sin que se notara, saludé y ya mi destino esa noche no se acercaba a cruzar esas tres veredas.

Sola otra vez, bajé la mirada y mi corazón con ella. Crucé aquella triste calle y caminé de vuelta a casa recorriendo mis pensamientos, perdiéndome en ellos.

Así, atravesé la ciudad con ganas de llegar, cerrar mis ojos, perderme eternamente en sueños y olvidar de una vez aquella silenciosa noche.

martes, 29 de abril de 2008

Amanecen Sonrisas


Aquel corazón se acercó de la forma más linda y más sencilla: sin avisar.

Tan solo un instante de mi vida, un rayo de luz de un atardecer en el campo, un acorde de guitarra pintada de zambas, una caricia del viento en los cerros. Único y eterno, pequeño y dulce. Un segundo en donde el mundo se paró por un momento, donde los sonidos y los sabores acompañaban perfectamente.

La suavidad de aquellos labios me derramaron un suspiro eterno y las ganas de quedarme ahí eran para siempre.

Algo me recorre, creo haber escuchado su nombre al pasar y haberlo sentido alguna vez. Nace entre cantos, risas y miradas. Ante todo miradas que no mienten, que se buscan y empujan al destino. Se acercan más y más hasta que ya no son los ojos quienes miran, sino los corazones quienes se contemplan en silencio. Uno al otro. Convirtiendo instantes mínimos en eternos e inmortales.

miércoles, 23 de abril de 2008

Hundido!



Sumergida en una trama de esencias difusas, que no permiten distinguir aquello que quisiera poder observar más de cerca, transito por tierras sembradas de carcajadas y campos humedecidos con tristezas. Son estos, mis lugares más frecuentados recientemente.

Asombrada de viajar tanto, soy capaz de empujarme de un lugar a otro en tan solo un momento. Lo interesante es no saber cómo llegar o cómo ir, no poder controlarlo. Quizás, a veces, me impaciento acercándome a la angustia; pero otras, brota la adrenalina, la cual viaja y navega por ríos de sangre que recorren todo este continente. Se siente en cada esquina, en cada vuelta y en lo más profundo. Caricias que transforman un simple momento en un instante de energía pura. No puedo comprender si me encuentro al principio, mitad o final del camino, sólo se que a veces hay sol y otras muchas hay sombra.

Mi corazón y mi cuerpo sienten el agua que recorre mis raíces. Solo espero pronto encontrar la unión de esas aguas junto a otras, provenientes de cálidas corrientes. Allí es donde va a confluir tanta energía que quizás juntos, los dos ríos, podamos sacudir el mundo y hacerlo rodar un poco más.

lunes, 31 de marzo de 2008

burbujas efímeras


Luego de haber vivido un cruce atípico en una noche casual, mi compañera eterna, enemiga y confidente quedó perturbada por un solo pensamiento. No puedo quitarla de esa incertidumbre.
Miles de lugares, cientos de caminos posibles, elecciones a cada segundo, infinitas posibilidades. Casualidades que no tienen ni tendrán explicación lógica.

Desborde de energía sobre la tierra, luces cruzadas, aproximaciones sin sentido. Un solo cuestionamiento.
Frente al juego del destino, lo erróneo y lo correcto se fusionan hasta perderse en una bruma enigmática. Invasión de pura indecisión que nubla mis ojos. El momento se filtra entre mis dedos, lo veo pasar. Se va, dejando sólo un puñado de incógnitas y un poco de nada.
Pienso, reflexiono, miro hacia atrás con nostalgia.
Me pregunto. ¿Hice bien en sólo observar o debí haber sido protagonista de ese instante?
Ahora y aquí, me quedo con la dolorosa angustia de no saber jamás si dependía de mí cambiar el color del cielo de mi vida.

martes, 11 de marzo de 2008

coincidiendo


Cruces, tactos, miradas, tropiezos, sonidos.
Mínimos detalles que quizás no se perciben y son la única conexión
con quienes se cruzan en nuestras vidas.
Si cada instante está escrito, entonces cada cruce también lo está.
Simplemente así, ser como se es gracias a cada instante vivido.
Aparecen, existen y se esfuman, dejan su huella y se van.
Quienes cantan y el sonido de sus voces retumba en los oídos.
Quienes esparcen locura y demencia.
Quienes saltan, corren, o vuelan dando movimiento al mundo.
Quienes escriben y llegan a los corazones.
Quienes con solo sus miradas movilizan almas.

Besos, roces, susurros, detalles que marcan un antes y un después.

Ni vos, ni yo, ni todos. Ya no sos quien eras un segundo atrás.

Preciosa casualidad escrita.

Lindo cruzarte en mi vida. Lindo cruzarme en tu vida.

domingo, 2 de marzo de 2008

yo, lato


Me describo como solitario y fácil. Mi inocencia se ve reflejada al creer que todos los corazones son como yo.
Desde este lugar, donde me encuentro hoy, donde la felicidad no escaló ni siquiera un paso hacia arriba, puedo decir que busco aquellos corazones difíciles, casi inalcanzables. Son aquellos que se encuentran en lugares a donde me va a costar más llegar.
Ayer caí en una dulce tristeza comprendiendo que uno de los tantos corazones que intento alcanzar está más lejos de lo que yo creía. Hace tiempo se encontraba libre, el destino me llevo kilómetros afuera por un tiempo y al volver, ese corazón había sido alcanzado por otro que no era yo. Desde ese entonces me invadió una impotencia enorme. Semana a semana lo encontraba alejado de quien lo había alcanzado. Quizás cada mirada de él y cada sonrisa dirigida a los ojos que me hacen latir, me hacían creer que me encontraba a pasitos de él. Simplemente con esos momentos me daba felicidad y latía más y más fuerte.
Inocentemente fui engañado por mi mismo. Ayer conocí al corazón que está más cerca de él que yo. Los pude ver cerca y pude comprender que mi esperanza de dejar la soledad a un lado se estaba alejando.
Su corazón no me siente cerca y quizás nunca lo hizo.

Hoy aquí, vuelvo a ser yo: un corazón más solitario y más fácil que nunca.

lunes, 18 de febrero de 2008

delgada línea azul



Desde otro punto cardinal imaginario. No se trata de lugares reales. Estoy caminando por un sendero que está muy iluminado, hay varias miradas que fijan su pensamiento en mi. Estoy brillando y está presente el sol, pero no brilla más que yo. Hoy le gané al sol y hasta hice que se esconda para dejarme resplandecer más. No hay razón concreta por la que este transitando este pasar tan acojedor. Si, me veo más fuerte y se que se me ve más fuerte. Tengo sonrisas pintadas en todo mi interior, respiro sonrisas y brotan de mi piel curtida por días de soledad. Se está regenerando aquello que estaba perdiendo.

Aunque, por momentos logro ver que no mantengo un respaldo seguro, me muevo cerca de la cornisa, una delgada línea entre el color y la falta de él. Todavía no me mantengo en pie fácilmente. Dudo, pero retomo fuerzas y vuelven a brotar las sonrisas. Desconozco si un mínimo detalle de ansiedad o tristeza me haga caer. Ante ese desconcierto aveces vuelvo a dudar e intento no pensar.


Estoy aferrándome a las miradas que entienden mis pasos, quizás no sea lo correcto, finalmente seré yo sola quien decida ciegamente qué tierras recorrer. Cuán importante es la guía de otros ojos? y cuándo sabré si dejar a otros mirar por mí o seguir mirando yo? Aveces la respuesta es instinto, aveces realidad, aveces señales que brotan ante mi.


Hoy, volví a traer a mi esa inocencia que aquella vez se presentó ante mi. Se alejó bruscamente y sé que está más años luz de mi que ayer. Sin embargo, sin saber por qué. Quizás puro instinto. Veo que aquella inocencia pronto o no tan pronto, vuelve. Y más interesante es, que vuelve con más inocencia y juego, con más timidéz por haberse alejado. Vuelve jugando y queriendo jugar un poco más. Hoy esa inocencia sigue escondida, mostrándose ante otras miradas más fuerte que nunca, sabiendo que en su interior faltan sonrisas pintadas, y pronto, quizás, las necesite pintadas de azul.

martes, 12 de febrero de 2008

simplicidad secreta

Un sentimiento domina cada rincón de mis pensamientos, mis decisiones, mis formas de moverme, mis formas de ser. Ya no depende de mi, ni siquiera depende de algo que está a mi alcance.

Un ser, un solo y mínimo ser, a quién traigo a mi memoria y sonrío, y vuelvo a sonreír, quien me mira en cada recuerdo que acerco y que me vuelve a perder en su mirada. Que me envuelve, que me trae fuerzas y debilidades, me hace sentir protegida y solitaria de un momento a otro. Un segundo atrás estaba ahí, ya no. Un momento atrás sonreía él, sonreía yo, ya no. Lo vuelvo a traer, a ver sus ojos mirándome con inocencia. Surge ternura de sus gestos, de su intento por besarme, de ese juego que juega y que al instante comprendo y me hace jugar.
Así me fui perdiendo en su dulzura mezclada con pasión, en su tierna mirada y sus cálidos besos, en su ración de niño y su fragmento de hombre.
Poco a poco me atrae lo que me intriga de él. Es él, quien vive en su mundo, tan diferente al mío, es él quién quiero que me muestre lo que ahora mi mundo no es, lo que hoy todavía no entra en mi espacio. Quiero ser más, quiero expandirme, sumar vida a mi vida, sumar emociones no sentidas antes. Él, quien es parte inocencia y parte lujuria. Él, quien en tan poco tiempo movió mi desorden. Él, quien genera que me encante su perdición, y que adore su forma de enredarme.
Me siento atrapada, adoro su juego y quiero volver a jugarlo.

Sólo un instante más, ser parte de su aire, respirarlo y sentirlo.
Finalizo añorando lo que solo deseaba. Ahora es ausencia, no logro consolar mis ansias, lo veo, lo siento y lo escucho y no puedo evitar recordar cada suspiro que generó en mí.
Sí. Fue uno de los momentos que suman vida a mi vida, uno de esos momentos que me dejaron sin aliento.
Ya no sigo siendo la misma en mi mundo, después de haber transitado tan solo un momento por el suyo. Siento que me quedan horas de escribir, de decir y hablar, de vivir y de desear, pero él es quien me lo impide.
Termino rogándole que me devuelva la mínima tranquilidad de no haberlo vivido en su mundo y así volverlo a vivir en el mío…

lunes, 11 de febrero de 2008

mundos

Una gota más, perdida en el medio del océano, pensando en quien está y no está de un momento a otro.

Mi mente, más veloz que lo real, imagino, invento, vivo mundos que no son este mundo. Historias, personas, colores, aromas, gustos que forman los mejores espacios imaginarios, que me hacen vivir tranquila, donde me siento protegida, donde se siente cálido. Vivo esos lugares hasta que caigo, me golpeo y vuelvo a estar acá, en el lugar de donde soy, donde tengo que vivir, donde está lo real, donde tengo que dar y recibir, mantenerme en un ida y vuelta, en una comunicación con el mundo.
Pero qué pasa? Ahí, es donde empiezo a preguntarme qué postura debo tener frente a este ”mundo”. Porque al fin y al cabo, cual es “mi mundo"?... el que imagino, el que vivo, el que me creo, el que intento vivir, el que me toca?....quién sabe. Depende de mi? Del mundo?….pero qué mundo? Creo que estoy girando y girando sin rumbos, quizás eso sea lo que no me deja ver cuál es mi lugar.
La nostalgia aparece cuando recuerdo los lugares que creí que eran mis lugares alguna vez, o quizás lo fueron, o quizás no. Qué pasa con esas personas que te hicieron vivir momentos sin aliento?….leí un día que la vida no se cuenta por lo que se vive, sino por los momentos en que uno se queda sin aliento.
Pienso que no vivo si no siento. Me sentí viva cuando sentí amor, cuando sentí dolor, cuando SENTÍ. Cuando sentís que el aire entra en tus pulmones, que respirás más fuerte, que reís o lloras por dentro, que los sentimientos brotan en cada detalle de tu cuerpo, que se ve, que se nota.
Siento que estoy viva cuando siento. Siento cuando vivo. Vivo cuando lo demás no pasa desapercibido, cuando sentir me lleva, me recorre, me vive.
Hoy siento que tengo que cambiar de rumbo, empezar a ver algunas cosas de otra manera, sentirme un poco más dueña de mi mundo, sentirme la que lo puede conducir por un momento, no dejarme llevar, sino llevarlo.

Se muy bien que si yo me hago creer que llevo mi mundo, de verdad lo llevo, ya lo comprobé, lo viví, lo sentí. Luego, de un momento a otro, puede llegar la calma, ese dominio desaparece, llega lo que me hace sentir, lo que me puede, lo que es más fuerte que yo, o quizás me hago creer que es más fuerte que yo. Y me domina.
Hoy, paso de sentirme dominada por “mi mundo”, por lo otro, a intentar sentirme dueña de él. Empezar a jugar. A dar mis pasos. Por qué?. Qué hay mejor que divertirse? Qué mejor que reírse?. Hoy elijo sonreír, dominar, jugar, movilizarme yo, quizás entre tanto movimiento, alguien o algo me revierta los movimientos, y pase a ser yo la que se deje llevar por las jugadas de otro. A veces, esta bueno ser fuerte, y a veces está bueno ser débil. Lo importante es sentirse, vivirse, llegarse, y saber que dependes de vos y de todo, de todo y de vos, de esos mundos que se tocan en algún lugar, se tocan donde vos quieras que se toquen. El mundo del otro, tu mundo, lo real, lo imaginario…
Cuántos mundos?...no lo se.