lunes, 31 de marzo de 2008

burbujas efímeras


Luego de haber vivido un cruce atípico en una noche casual, mi compañera eterna, enemiga y confidente quedó perturbada por un solo pensamiento. No puedo quitarla de esa incertidumbre.
Miles de lugares, cientos de caminos posibles, elecciones a cada segundo, infinitas posibilidades. Casualidades que no tienen ni tendrán explicación lógica.

Desborde de energía sobre la tierra, luces cruzadas, aproximaciones sin sentido. Un solo cuestionamiento.
Frente al juego del destino, lo erróneo y lo correcto se fusionan hasta perderse en una bruma enigmática. Invasión de pura indecisión que nubla mis ojos. El momento se filtra entre mis dedos, lo veo pasar. Se va, dejando sólo un puñado de incógnitas y un poco de nada.
Pienso, reflexiono, miro hacia atrás con nostalgia.
Me pregunto. ¿Hice bien en sólo observar o debí haber sido protagonista de ese instante?
Ahora y aquí, me quedo con la dolorosa angustia de no saber jamás si dependía de mí cambiar el color del cielo de mi vida.

martes, 11 de marzo de 2008

coincidiendo


Cruces, tactos, miradas, tropiezos, sonidos.
Mínimos detalles que quizás no se perciben y son la única conexión
con quienes se cruzan en nuestras vidas.
Si cada instante está escrito, entonces cada cruce también lo está.
Simplemente así, ser como se es gracias a cada instante vivido.
Aparecen, existen y se esfuman, dejan su huella y se van.
Quienes cantan y el sonido de sus voces retumba en los oídos.
Quienes esparcen locura y demencia.
Quienes saltan, corren, o vuelan dando movimiento al mundo.
Quienes escriben y llegan a los corazones.
Quienes con solo sus miradas movilizan almas.

Besos, roces, susurros, detalles que marcan un antes y un después.

Ni vos, ni yo, ni todos. Ya no sos quien eras un segundo atrás.

Preciosa casualidad escrita.

Lindo cruzarte en mi vida. Lindo cruzarme en tu vida.

domingo, 2 de marzo de 2008

yo, lato


Me describo como solitario y fácil. Mi inocencia se ve reflejada al creer que todos los corazones son como yo.
Desde este lugar, donde me encuentro hoy, donde la felicidad no escaló ni siquiera un paso hacia arriba, puedo decir que busco aquellos corazones difíciles, casi inalcanzables. Son aquellos que se encuentran en lugares a donde me va a costar más llegar.
Ayer caí en una dulce tristeza comprendiendo que uno de los tantos corazones que intento alcanzar está más lejos de lo que yo creía. Hace tiempo se encontraba libre, el destino me llevo kilómetros afuera por un tiempo y al volver, ese corazón había sido alcanzado por otro que no era yo. Desde ese entonces me invadió una impotencia enorme. Semana a semana lo encontraba alejado de quien lo había alcanzado. Quizás cada mirada de él y cada sonrisa dirigida a los ojos que me hacen latir, me hacían creer que me encontraba a pasitos de él. Simplemente con esos momentos me daba felicidad y latía más y más fuerte.
Inocentemente fui engañado por mi mismo. Ayer conocí al corazón que está más cerca de él que yo. Los pude ver cerca y pude comprender que mi esperanza de dejar la soledad a un lado se estaba alejando.
Su corazón no me siente cerca y quizás nunca lo hizo.

Hoy aquí, vuelvo a ser yo: un corazón más solitario y más fácil que nunca.