martes, 12 de febrero de 2008

simplicidad secreta

Un sentimiento domina cada rincón de mis pensamientos, mis decisiones, mis formas de moverme, mis formas de ser. Ya no depende de mi, ni siquiera depende de algo que está a mi alcance.

Un ser, un solo y mínimo ser, a quién traigo a mi memoria y sonrío, y vuelvo a sonreír, quien me mira en cada recuerdo que acerco y que me vuelve a perder en su mirada. Que me envuelve, que me trae fuerzas y debilidades, me hace sentir protegida y solitaria de un momento a otro. Un segundo atrás estaba ahí, ya no. Un momento atrás sonreía él, sonreía yo, ya no. Lo vuelvo a traer, a ver sus ojos mirándome con inocencia. Surge ternura de sus gestos, de su intento por besarme, de ese juego que juega y que al instante comprendo y me hace jugar.
Así me fui perdiendo en su dulzura mezclada con pasión, en su tierna mirada y sus cálidos besos, en su ración de niño y su fragmento de hombre.
Poco a poco me atrae lo que me intriga de él. Es él, quien vive en su mundo, tan diferente al mío, es él quién quiero que me muestre lo que ahora mi mundo no es, lo que hoy todavía no entra en mi espacio. Quiero ser más, quiero expandirme, sumar vida a mi vida, sumar emociones no sentidas antes. Él, quien es parte inocencia y parte lujuria. Él, quien en tan poco tiempo movió mi desorden. Él, quien genera que me encante su perdición, y que adore su forma de enredarme.
Me siento atrapada, adoro su juego y quiero volver a jugarlo.

Sólo un instante más, ser parte de su aire, respirarlo y sentirlo.
Finalizo añorando lo que solo deseaba. Ahora es ausencia, no logro consolar mis ansias, lo veo, lo siento y lo escucho y no puedo evitar recordar cada suspiro que generó en mí.
Sí. Fue uno de los momentos que suman vida a mi vida, uno de esos momentos que me dejaron sin aliento.
Ya no sigo siendo la misma en mi mundo, después de haber transitado tan solo un momento por el suyo. Siento que me quedan horas de escribir, de decir y hablar, de vivir y de desear, pero él es quien me lo impide.
Termino rogándole que me devuelva la mínima tranquilidad de no haberlo vivido en su mundo y así volverlo a vivir en el mío…

No hay comentarios: